Comparten su positivismo y su energía. Aimar y Kimetz Etxabe no se rinden ante la adversidad y se muestran dispuestos a sortear todas las dificultades que se interpongan en su camino. ¡Claro que podemos! es la frase que mejor identifica a Aimar, el más alto de la pandilla de Onin. El que camina con dificultad, disfruta resolviendo acertijos y luce siempre una sonrisa. El encargado de darle vida sobre el escenario es el actor guipuzcoano Kimetz Etxabe, de 23 años, natural de Zumaia y vecino de Aizarnazabal . Etxabe se inició en el mundo de la interpretación de niño, en el grupo de teatro de Zumaia y completó su formación en la Escuela Universitaria de Artes Madrid (TAI) y en el Taller de Artes Escénicas de Donostia (TAE). Ha dado vida a Gontzal en las dos últimas temporadas de la serie televisiva Goa!zen (ETB1) y, a partir del 30 de diciembre, será Aimar, en Onin y el Misterio del Teatro / Onin eta antzerkiaren misterioa.

¿Cómo llegó a ser Aimar?

Me escribieron desde Tdiferencia , por Instagram, a través del sindicatos de actores vascos. Me acerqué a Pamplona y después del encuentro me quedé muy contento, con muy buena sensación.

¿Qué opina de Onin y el Misterio del Teatro/Onin eta antzerkiaren misterioa?

Me parece una obra muy guay. Se trata de una obra basada en unos libros que tienen una gran repercusión entre los niños y las niñas y me gusta mucho la idea de acercarlos al teatro… Además, creo que es importante que los mensajes que transmitimos en la obra se vayan recogiendo desde txikis.

¿Qué ha supuesto formar parte de esta producción?

Conocer a gente muy guay. Y, profesionalmente, se trata de la primera obra de teatro con entidad en la que he trabajado. Considero que he crecido y he aprendido mucho.

¿Cómo es Aimar? ¿Se parece a su personaje?

Desde el primer momento vi similitudes con él. Aimar está casi siempre con la energía alta y positiva y me identifico con esa actitud. Usar los aparatos en las piernas sí que ha sido un reto, porque reducen mucho la movilidad. Pero me ha ayudado a crear el personaje, porque es una seña de identidad muy fuerte.

¿Lo más complicado?

No lo sé… Creo que ha sido un proceso bastante orgánico. Quizá, lo más complicado ha sido madrugar para asistir a los ensayos…

¿Cómo está viviendo esta experiencia?

Muy bien. Estoy muy contento y agradecido. No conocía a Tdiferencia -un profesor mío sí que me habló de ellas y muy guay – y yo me he sentido muy bien, muy cómodo. La comunicación ha sido fluida y muy cercana. La verdad es que estoy muy agradecido por haberme brindado la oportunidad de trabajar en una obra con esta repercusión. No todo el mundo tiene esta oportunidad, así que estoy muy agradecido.